8/11/2004

(...) el tiempo nos va alejar de los momentos que importan, y ya no hay apertura. el tiempo es cansado. el tiempo se lleva los momentos y los convierte en esfuerzos. muchas cosas son un esfuerzo. vivir es un esfuerzo. compartir la vida es un esfuerzo. día a día, las rutinas y las actividades, se hacen un ejercicio de paciencia y de coordinación: los sentimientos se van alejando. lo único que queda, al final, es el tiempo: el pasado que quiere ser futuro, pero nunca un presente. para el presente, solo hay esfuerzo. todo parece indicar que así es la vida.

(...) la música clásica es la aportación excelsa que el hombre ha realizado a la humanidad. en una habitación entre penumbras del verano, ventana abierta y entra el fresco de la noche, un alguien (un anciano, un bebé) escucha el radio a un volumen casi imperceptible, pero si uno detiene sus acciones, y presta atención, el sonido evangélico que surge son los acordes de Gershwin, Rhapsody in Blue, y todo está bien en el universo.

(...) esta loquita de altar se gana el premio de mal carácter.

(...) de los proyectos que nunca fraguaron, estuvo la gran idea de hacer una versión radiofónica de mi columna que escribía en Frontera. lo que no saben es que me invitaron a participar en Radio Amor. fui a la estación ahí por el Río y me presenté ante una ejecutiva que me hizo preguntas. leo tu columna. me gusta. vamos haciendo ese mismo en radio, pero más corto, a modo de cápsulas. estamos hablando de que me puse a editar unas columnas que ya había publicado en Frontera. supongo que una columna de 400 palabras debía suprimirse a 40. era un reto. como exprimir una naranja y sacarle la esencia más fecunda. creo que en ese ejercicio entendí el juego de cada palabra dentro de un texto. su rigor. su peso. el día de la prueba de voz (para esto la ejecutiva me puso a hacer ejercicios con un lápiz en la lengua, porque tu voz debe ser legible), me mandaron con una DJ famosilla de Tiyei quien me acompañó a una sesión de protagonismo. nunca quise ser actor. el leer en voz alta las cápsulas, requería un grado de actuación (lo que me irritaba por su grado de falsedad sensacionalista). la DJ me enseñó comó. leía una y decía, así Bruno. yo le veía las piernas. es una morena muy atractiva, ella. en ese tiempo usaba levis apretados, no sé ahora. me dieron mi prueba de voz en un cidi que a la fecha conservo. lo he escuchado tres o cuatro veces.

(...) de las cosas que nunca soporté fue la mojigatez. esta la vi en una ocasión con la hermana de una novia que tuve. dicha mujer se llevaba la mención honorífica. lo que hacía, es que jugaba el papel. tenía esta manía de predicar las cosas esenciales del buen comportamiento. era una mujer muy fijada en el qué dirán. el chisme era su pasión. el comentario editorial de personas ausentes. en las tardes se presentaba en la iglesia y rezaba arduamente. ese era su estilo de vida entre semana. quizá rezaba para lo que venía el fin. el viernes o sábado la encontrabas en el Frogs, con un litro de alcohol en las venas, bailando encima de una mesa, o en su defecto, bailando con un amigo, jugando a la manita sudada, antes de pasar al parking. para estos efectos uno tenía amplias razones para sentir la contradicción en sus actos y palabras. quizá el martes llegaba y dictaba una sentencia hacia una actitud mía. la sentencia cargaba un peso insoportable, sobretodo cuando la mujer se retiraba a su iglesia, y luego el sábado se ponía a eructar en el Frogs.

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