Seleccionando tomates bule, mis ojos cruzaron mirada con una mujer en sus cuarentas que hacÃa lo mismo. Ciertamente, sentà el tijereo de su expresión. Una que decÃa: “Los hombre no van al mercado. Eso lo hacemos nosotrasâ€�.
Seleccionando puré de tomate en el pasillo nueve, mis ojos cruzaron mirada con una punkie que hacÃa cola en el refrigerador de mariscos. Vestida de negro, me lanzó una mirada de: “Chilo, cool. Un hombre va al mercadoâ€�.
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