ELVIRA LINDO
01
Esos maestros voluntariosos, que nunca se rinden, siguen creyendo que si se lleva al novelista a la escuela algo despertará en la mente de los chiquillos y descubrirán ese camino de la felicidad que es la lectura.
02
(...) pero, desgraciadamente, después de que dediqué un año a visitar colegios, comencé a considerar que otros factores intervenían en esa falta de interés en los libros del que se quejan amargamente los profesores.
03
(...) se comenzó a hablar de la muerte de la novela.
04
Hoy los niños necesitan ser alimentados con estímulos inmediatos para combatir el aburrimiento (...) Hay un cambio sustancial en el temperamento infantil. No se puede leer cuando se es víctima de una permanente ansiedad. Lo que están perdiendo los niños, es la capacidad de concentrarse, la paciencia.
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